INVASIÓN DE LOS LADRONES DE CUERPOS, LA (Don Siegel) / 1956: Kevin McCarthy, Dana Wynter, Larry Gates, King Donovan, Carolyn Jones, Jean Pilles, Ralph Dumke, Virginia Christine, Tom Fadden.
En plena Guerra fría, con la supuesta amenaza del comunismo (amenaza debida, sobre todo, a la paranoia enfermiza de Estados Unidos) en su máximo apogeo y aún sufriendo las nefastas consecuencias del macarthismo y la caza de brujas (uno de los más tristes y sombríos capítulos de la historia reciente, obra del presidente Richard Nixon y el senador Joseph McCarthy, en el que directores, actores y demás personas relacionadas con el mundo del cine -o no, pues también se investigó a militares, políticos o funcionarios- eran denunciadas e incluso detenidas e inhabilitadas por su supuesta vinculación con la ideología comunista. Estas denuncias eran, por supuesto, falsas en la mayoría de ocasiones y motivadas por envidias y otros oscuros intereses), surgió una oleada de películas de Ciencia Ficción donde los extraterrestres (una “sutil” metáfora de la amenaza marxista), normalmente procedentes de Marte (el planeta rojo), planificaban y llevaban a cabo la invasión de la tierra (o de Estados Unidos, que para los habitantes de dicho país es lo mismo), siendo finalmente rechazados y reinstaurado el orden legítimo.
Todas estas películas estaban cortadas por el mismo patrón y eran meros entretenimientos moralistas, aleccionadores e ingenuos (pues trataban a su público como individuos sin capacidad de pensar por sí mismos y fáciles de manipular. Vamos, como los clones sin raciocinio que salen de las vainas alienígenas de nuestra película) con escasa calidad. Pero en medio de todas ellas surgió el clásico que analizamos, basado en la novela Los ladrones de cuerpos, escrita por Jack Finney en el año 1955 (curiosamente, éste siempre afirmó que su historia no tenía connotaciones políticas). Una película mucho más compleja que sus coetáneas y que puede dar lugar a muchas más lecturas que la mencionada: ¿Por qué no la interpretación inversa, es decir, el poder del capitalismo para crear seres clónicos, sin personalidad y sin pensamiento individual? El caso es que si optamos (acertadamente) por dejarnos de metáforas y de dobles lecturas, podemos disfrutar de una de las mejores películas de la era dorada de la Ciencia Ficción, una fábula aterradora, en la que el individuo se ve suplantado por un ser igual al original en su morfología externa, pero carente de sentimientos como la amistad, el miedo, el dolor o, sobre todo, el amor (es significativo el emotivo diálogo entre un gran Kevin McCarthy –curiosa coincidencia-, que provoca la simpatía del espectador y que éste empatice con él, y un ya converso Larry Gates, en el que el primero inquiere al segundo: -“Quiero a Becky. ¿Mañana sentiré lo mismo?”, a lo que éste le responde: “El amor no es necesario”. Simplemente demoledor). Se trata, pues, de una invasión silenciosa, lenta, indolora, pero inquietante en grado sumo, pues no significa el fin del ser humano como tal (al menos en su forma), sino de aquello que nos distingue del resto de seres del planeta: El pensamiento individual y la capacidad de amar o de albergar cualquier otro tipo de sentimiento.
Siegel deja una luz para la esperanza entre tanta oscuridad, con ese final abierto a la posibilidad de rechazar, antes de que sea demasiado tarde, la invasión, algo que no sucede en ninguno de sus mucho más pesimistas remakes: La fascinante y extraordinaria La invasión de los ultracuerpos, Phillip Kaufman, 1978, y la notable Secuestradores de cuerpos, Abel Ferrara, 1993.
(7,5/0)
CARÁTULAS Y POSTERS
TRAILER USA 1
COMENTARIOS
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Alejandro "The Peplo" (sábado, 01 junio 2013 14:32)
Con la madurez de los años y un nuevo visionario del film opino dos cosas:
• Que quizá simplemente si fuese una mera historia, sin ningún tipo de afán de critica política (hay referencias creo que mas claras, como puede ser "Están vivos" con un impagable Roddy "El gaitero" Pipper), pero solo quizá.
• Y que como te marques otra parrafada así, sin un solo punto y aparte, dejo de leerte tus opiniones/criticas (jejé).
De todas formas, una excelente película.
Alejandro Bedia (lunes, 03 junio 2013 10:38)
Creo que estoy de acuerdo en todo lo anterior (incluso en lo de la parrafada entre puntos y aparte, que ya está arreglado):
- Para mi la película de Siegel es una de las mejores de la década de los 50 en cuanto al género de la Ciencia Ficción se refiere, sin necesidad de dobles lecturas. Además siempre se puede optar por esa doble interpretación, a conveniencia de cada espectador, aunque la cercanía de la caza de brujas y la coincidencia con otras películas de esa época que sí reflejaban esa paranoia (LA HUMANIDAD EN PELIGRO, EL ENIGMA DE OTRO MUNDO...) hizo que mucha gente viese el filme como una metáfora.
- Por otro lado, está claro que películas como ESTÁN VIVOS (grande Roddy), o CUANDO EL DESTINO NOS ALCANCE, o EL PLANETA DE LOS SIMIOS, o EL ÚLTIMO HOMBRE VIVO (curiosamente todas ellas protagonizadas por el injustamente vilipendiado Charlton Heston, al menos en parte) sí que tienen una lectura política y social mucho más clara.
No dejes de escribir, hombre, que se agradecen opiniones coherentes. Y como siempre, muchísimas gracias por opinar.
Alejandro (lunes, 30 junio 2014 00:51)
Relacionado con esta película, me decido a ver "Invasión", también por ver a Daniel Craig fuera del rol 007. Y la cuestión que me surge es ¿por qué? Sí vas a hacer una revisión de un clásico, intenta darle un punto más de novedad al tema más allá del mero origen del invasor, porque a los 18 minutos ya conocemos quiénes son los invasores/infectados. Y no porque seamos unos cinéfilos de alto rendimiento neuronal, más bien porque la propia película me lo dice.
Me ha costado horrores llegar al final. Eso si, el Sr. Craig me resulta moderadamente creíble a pesar de no servir aquí a su graciosa Majestad.
Alejandro Bedia (lunes, 30 junio 2014 12:29)
La del Craig aún no la he visto, pero tengo entendido que de las 4 versiones es la más floja con diferencia. Para mi la del 78 es insuperable, e incluso la de Abel Ferrara tiene su gracia. La última la tengo pendiente, pero no creo que me vaya a sorprender.