13 FANTASMAS (Steve Beck) / 2001: Embeth Davidtz, Matthew Lillard, Shannon Elizabeth, Tony Shaloub, Alec Roberts, F. Murray Abraham, Rah Digga.
Arthur Kriticos (Shaloub, uno de esos respetables secundarios que probablemente pase a la historia por su papel en la serie Monk, donde daba vida al asesor privado de la policía repleto de fobias y que padece un trastorno obsesivo-compulsivo) es un viudo (destaca el momento en el que se nos “explica”, tras los títulos de crédito iniciales y con un simple giro de cámara en la estancia en la que se encuentra Arthur y las voces en off de los miembros de la familia y de los bomberos, la tragedia que acabó con la vida de su esposa, interpretada por Kathryn Anderson) que se muda junto a sus hijos Bobby (Roberts) y Kathy (la espectacular y bellísima Elizabeth, que se haría popular gracias a su fulgurante aparición en American pie, Paul & Chris Weitz, 1999, y a la que también veríamos en La maldición, Wes Craven, 2005, y en Night of the demons, Adam Gierasch, 2009) y Maggie, su asistenta (la insufrible rapera y ocasional -afortunadamente- actriz Rah Digga), a una mansión construida completamente con cristal, y que resulta ser la herencia procedente de Cyrus Kriticos (Murray Abraham), su tío y un millonario excéntrico que se dedicaba a coleccionar fantasmas, los cuales ha encerrado entre los muros de la vivienda, en los que hay escritos cientos de frases en extraños idiomas que resultan ser hechizos de contención cuyo fin es mantener a los espectros en determinadas estancias hasta el momento en el que puedan ser utilizados para liberar una fuerza ancestral y demoníaca que permitiría al acaudalado individuo hacerse con un inmenso e imparable poder.
Aceptable película, remake del filme homónimo dirigido por William Castle en 1960, con una increíble labor de maquillaje (obra de la K.N.B. FX Group, formada por los genios Kurtzman, Nicotero y Berger) que permite la recreación de unos fantasmas aterradores (todos ellos son destacables, pero resaltan por encima del resto los espectros de El niño obeso, La madre nefasta, El martillo, El chacal, la peregrina, El hijo primogénito o El torso) que protagonizan los mejores momentos del filme, como ese prólogo que muestra la captura de El Chacal, el más peligroso de todos ellos, en un desguace de automóviles. Hasta allí se desplaza Cyrus y todo su arsenal, que incluye a un pequeño ejército de individuos armados hasta los dientes, un médium de nombre Dennis Rafkin (Lillard, uno de los asesinos de Scream, Wes Craven, 1996), capaz de ver y sentir a las entidades fantasmales, varios todoterrenos y hasta un tráiler cargado de sangre que es vertida por los callejones de la chatarrería para atraer al citado Chacal (el concepto es llamativo, pero carece de cualquier tipo de sentido), que antes de ser capturado elimina sin muchos problemas a varios de los hombres del millonario (uno es partido en dos por un capó, otro es aplastado por un coche lanzado por el espectro…). Además, el tema de la casa de cristal y de los hechizos de contención está bien empleado y da bastante juego (el rodaje en una residencia construida íntegramente en vidrio supuso auténticos quebraderos de cabeza al director y al resto del equipo, teniendo que hacer auténticos malabares para no verse reflejados en paredes, suelos y techos), sale la guapísima Shannon Elizabeth (destaca su escena en el pulcrísimo e inmaculado baño de la mansión, cuando la cámara “atraviesa” las gafas que se utilizan para ver a los espectros y descubrimos a uno de ellos en la bañera en la que se suicidara y el estado en el que se encuentra el aseo en el plano fantasmal, repleto de sangre por todas partes) y cuenta con increíbles escenas gore (la escena del abogado seccionado de pies a cabeza por la puerta de cristal que se cierra automáticamente y que posteriormente nos muestra la parte frontal del hombre deslizándose por la hoja de la misma y cayendo al suelo, mientras la trasera queda pegada a la parte posterior de la lámina; o la de la muerte de Dennis a manos del Chacal, que lo alza por los aires como si fuera un pelele, golpeándolo contra una columna metálica que lo dobla por la mitad). También es reseñable el extra del DVD donde se detallan los orígenes de cada fantasma y sus historias desde el momento en que eran simples humano hasta el momento en que se convierten en espectros. En el lado negativo, Rah Digga como la asistente graciosilla a la que deseas que se carguen desde el primer minuto (cosa que, por desgracia, no llega a suceder) y que llega a desesperar siendo, además, la que causa la destrucción del mecanismo de la vivienda de cristal haciendo scratch con los controles, en una escena que causa vergüenza ajena.
Lo mejor que ha hecho la productora Dark Castle hasta la fecha, pese al moralista y cargante happy-end, rebuscado hasta la nausea.
(6/7)
CARÁTULAS Y POSTERS
TRAILER USA 1
TRAILER USA 2
TRAILER ESPAÑA 1
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