7 MOMIAS (Nick Quested) / 2006: Matt Schulze, Cerina Vincent, Billy Wirth, Billy Drago, Andrew Bryniarski, Danny Trejo, Martin Kove, James Intveld, Noel Gugliemi, Max Perlich, Noreaga, Adrianne Palicki, Thadd Turner, Michela Fruet.

   Un grupo de reos que son transportados en un convoy (realmente una furgoneta en la que parece imposible que viajen los seis prisioneros, algunos similares a armarios roperos, y los dos vigilantes) provocan un accidente, logrando escapar y llevándose como rehén a una de las policías que los escoltaba (Vincent). La comitiva llegará a un poblado del Oeste tras toparse con un indio (Trejo) que les asegura que en el mismo se halla oculto un gran tesoro compuesto por miles de monedas de oro. Los lugareños, amistosos en un principio, se convertirán, con la caída de la noche, en vampiros sedientos de sangre que verán en los recién llegados una nueva fuente de alimento.

   Pese a un reparto en el que el aficionado más entusiasta reconocerá una serie de nombres que seguro le resultarán familiares (Schulze fue Chupa en Blade II, Guillermo del Toro, 2002; Vincent participó en Cabin fever, Eli Roth, 2002, y Return to house on haunted hill, Victor García, 2007, entre otras; Wirth es recordado por sus papeles en Jóvenes ocultos, Joel Schumacher, 1987, o Secuestradores de cuerpos, Abel Ferrara, 1993; Drago es un habitual de las series Z más infumables, aunque ocasionalmente se asoma a productos de calidad como Las colinas tienen ojos, Alexandre Aja, 2006, o Los intocables de Elliot Ness, Brian De Palma, 1987, si nos salimos del terror; Bryniarski fue Leatherface en La matanza de Texas, Marcus Nispel, 2003, y La matanza de Texas: El origen, Jonathan Liebesman, 2006; Trejo es uno de los rostros más conocidos del género; mientras que Palicki ha intervenido en Legión, Scott Charles Stewart, 2009, y en varios capítulos de la serie Sobrenatural. Otros rostros más o menos reconocibles, aunque con menor relación con el cine de terror, como los de Kove -trilogía Kárate Kid, o Rambo: Acorralado Parte II, George Pan Cosmatos, 1985-, o Perlich -Beautiful girls, Ted Demme, 1996- también aparecen por el filme), la nula habilidad de Quested tras la cámara (de hecho, este es su único filme) da al traste con una película que, por otro lado, no es más que un penoso refrito de Abierto hasta el amanecer, Robert Rodriguez, 1995, y 2000 maníacos, Herschell Gordon Lewis, 1964. La factura completamente amateur del producto, las situaciones ridículas y anticlimáticas debidas a la inoperancia del director y al escaso presupuesto (el final, con Drake -Drago-, el sheriff, persiguiendo a bordo de su caballo a la pareja protagonista, que huye en una Harley Davidson -sí, los vaqueros también tienen Harleys-. La persecución por el pueblo comienza en plena noche y se extiende hasta el amanecer, que llega de súbito, haciendo que el villano se convierta en polvo. El porqué también desaparecen el caballo y las ropas pertenece al cajón de los misterios insondables, al igual que la sensación que flota en el ambiente de que dicha persecución dura varias horas, teniendo lugar en un único escenario: un minúsculo pueblo alrededor del cual perseguidor y perseguidos no dejan de dar vueltas), y un montón de detalles más que no merece la pena reseñar, convierten los escasos setenta y cinco minutos de metraje en un auténtico calvario para todo aquel que tenga los arrestos de ponerse ante la pantalla.

(1/1)