7 MUJERES ATRAPADAS (Mark Rosman) / 1983: Kate McNeil, Eileen Davidson, Janis Ward, Robin Meloy, Harley Jane Kozak, Jodi Draigie, Ellen Dorsher, Lois Kelson Hunt, Christopher Lawrence, Michael Kuhn.
Un grupo de jovencitas recién licenciadas deciden gastarle una broma pesada a la patrona de su fraternidad, una anciana un tanto antipática que les prohíbe celebrar la fiesta de graduación en la casa que las chicas le tienen alquilada. Evidentemente, la broma saldrá mal, provocando la muerte accidental de la mujer, acontecimiento del que será testigo el hijo de la misma, un chico deforme nacido de un embarazo experimental, que permanece encerrado en el desván de la vivienda y que ve todo lo sucedido desde la ventana que da al jardín y a la piscina, donde su madre fallece de un disparo. La decisión de las chicas de esconder el cadáver y ocultar la muerte de la patrona debido al peligro que presupone para sus inmaculados expedientes académicos y a la creencia de que está sola y no tiene ningún pariente (premisas argumentales que recuerdan a la de Sé lo que hicisteis el último verano, Jim Gillespie, 1997, escrita por Kevin Williamson, y que, al igual que el filme analizado, también recibía influencias del giallo italiano -lo que demuestra que el guionista de Scream, Wes Craven, 1996 no es un prodigio de originalidad, sino alguien que supo redefinir un género que estaba muerto y enterrado partiendo de las mismas bases y conceptos que lo hicieron popular en su momento, casi un par de décadas más atrás-), pues desconocen la existencia del primogénito, provocará que las muertes se empiecen a suceder.
Leyendo lo anterior, podría pensarse que estamos ante uno más del infinito alud de slashers de la época, pero estaríamos valorando equivocadamente un filme que se merece un mínimo respeto: Para empezar, las actrices que dan vida a las jóvenes protagonistas realizan actuaciones más que dignas (Destacan McNeil como la única que se opone a ocultar lo sucedido, aunque siempre acaba cediendo ante el chantaje del resto, y Davidson como Vicki, la arpía manipuladora del grupo, dispuesta a cualquier cosa con tal de que no se descubran los hechos); el guión (obra del propio Rosman, que últimamente se dedica a dirigir capítulos de Lizzie McGuire) está lleno de tópicos (el ambiente universitario; el intento de ocultar la identidad del asesino –lástima que el traje de arlequín solo lo utilice al final, porque está muy logrado-; la absurda idea de no llamar a la policía -aunque aquí esté más o menos justificada-,…), pero los personajes presentan matices (no todas las chicas están a favor de seguir los planes de Vicki, pero se dejan manipular por ella) y la historia no resulta absurda ni aburrida; las escenas de tensión están correctamente rodadas (véase la que acontece en la piscina y que culmina con la muerte de una de las muchachas; o la que tiene lugar en el desván, donde se descubre la existencia del joven); la banda sonora de Richard Band (hermano de Charles Band e hijo de Albert Band, creadores de las míticas productoras Empire y Full Moon) cumple sobradamente su cometido; e incluso existe alguna nota cómica afortunada (los tres chicos que se bañan en la piscina y la frase que dice uno de ellos cuando son sorprendidos por las otras jóvenes; o el momento en el que dos de ellas empujan sigilosamente un contenedor en el que esconden el cadáver de la patrona, intentando no ser descubiertas, y golpean y abollan el coche de un policía que hace una ronda por los alrededores de la fraternidad).
Lástima que su final sea un tanto abrupto y precipitado, intentando dar pie a una secuela que nunca fue rodada. Atención al disfraz de arlequín con el que el asesino en cuestión oculta su identidad, el cual veremos posteriormente en la muy inferior El día de los inocentes, George Dugdale, Mark Ezra & Peter Mackenzie Litten, 1986).
(6,5/3)
CARÁTULAS Y POSTERS
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