ABIERTO HASTA EL AMANECER 2 (Scott Spiegel) / 1999: Robert Patrick, Bo Hopkins, Duane Whitaker, Muse Watson, Brett Harrelson, Raymond Cruz, Danny Trejo, James Parks, Stacey Bourgeois, Maria Checa, Tiffani-Amber Thiessen, Bruce Campbell, Terry Norton, Lara Bye, Scott Spiegel.
Un grupo de ladrones, entre los que se encuentran Patrick (el T-1000 de Terminator 2: El juicio final, James Cameron, 1992) y Watson (conocido a finales de los noventa por su aparición como el pescador Ben Willis en Sé lo que hicisteis el último verano, Jim Gillespie, 1997 y su secuela, Aún sé lo que hicisteis el último verano, Danny Cannon, 1998) planean el atraco a un banco, tomando como base de operaciones un motel en medio del desierto. Luther (Whitaker), uno de los atracadores, tendrá un percance con su vehículo cuando acude a la cita, al atropellar a un enorme murciélago que luego intenta atacarlo. Sus pasos en busca de ayuda le llevarán hasta La teta enroscada, el bar de carretera donde se desató la pesadilla en la precedente Abierto hasta el amanecer, Robert Rodríguez, 1995.
La secuela dirigida por Spiegel no guarda prácticamente ninguna relación con su antecesora, más que la aparición durante unos minutos de la cantina donde se desarrollaba la acción de aquella, y una vaga mención a los hermanos Gecko (los ladrones interpretados por Quentin Tarantino y George Clooney), motivo por el cual el nombre que lleva el filme solo se entiende como una manera de extraer mayor beneficio a uno de los éxitos sorpresa del cine de terror de los noventa. Nada queda de la película de Rodríguez (que puede ser un director mediocre para la gran mayoría, pero que ya ha demostrado con creces que cuando se sumerge en las aguas del género sabe realizar entretenimientos de primer orden, valiendo como ejemplo la más que divertida Planet terror, 2007), salvo fugaces reminiscencias que no conducen a ninguna parte, como ese intento de diálogos testosterónicos y malsonantes que en la película escrita por Tarantino eran brillantes y aquí suenan forzados y ridículos en boca de unos personajes unidimensionales y tan planos como un folio (el interpretado por Cruz se lleva la palma); o esos escasos vampiros que en el filme original aparecían por doquier como un ejército de no muertos casi infinito; por no hablar de los efectos especiales, obra de nuevo de KNB FX Group, excesivamente míseros si los comparamos con los realizados para la primera entrega, o de la exasperante obsesión de Spiegel por colocar la cámara en los sitios más absurdos y ridículos (consiguiendo únicamente marear y despistar al espectador), en un ejercicio que solo se puede calificar de frívolo y pretencioso.
En el lado positivo, la dignidad que aportan dos grandes como los casi siempre desaprovechados Patrick o Hopkins, gozando este último de las mejores líneas al interpretar el rol del irónico sheriff que persigue a los ladrones; los cameos iniciales de Campbell y de Amber Thiessen (¿Se acuerdan de Kelly en Salvados por la campana?), dos abogados sin escrúpulos que se llevarán lo suyo de unos murciélagos hambrientos; y un pequeño papel para María Checa, una de las playmates más bonitas de la década de los noventa, convertida en chupasangres en una escena que homenajea a la de la ducha de Psicosis, Alfred Hitchcock, 1960.
(3,5/5)
CARÁTULAS Y POSTERS
TRAILER USA 1
TRAILER ESPAÑA 1
TRAILER ALEMANIA 1
COMENTARIOS
Escribir comentario