ALUCARDA: LA HIJA DE LAS TINIEBLAS (Juan López Moctezuma) / 1978: Claudio Brook, David Silva, Tina Romero, Susana Kamini, Lili Garza, Tina French, Birgitta Segerskog, Adriana Roel, Antonia Guerrero, Martin LaSalle.
El director mejicano Juan López Moctezuma (La mansión de la locura, 1972; Mary, Mary, bloody Mary, 1975; y El alimento del miedo, 1994) realizó este filme basándose en el relato “Carmilla”, del escritor J. Sheridan Le Fanu, aunque el referente literario sea tomado muy a la ligera (se ignora el origen vampírico de la protagonista). La historia narra las andanzas de Alucarda (A la que da vida Romero -luego conocida intérprete en diversas telenovelas, como Amarte así, Frijolito-. Pese a que no se alude al tema del vampirismo en ningún momento del metraje, si quitamos la última letra y le damos la vuelta a la palabra restante, obtenemos el nombre de Drácula. El tema sobrepasa los límites de la casualidad cuando observamos que la madre de la joven, a la que da vida la misma actriz, se llama Lucy Westenra, al igual que la muchacha que era seducida por el propio Príncipe de las tinieblas, dejándonos bastante claro quien puede ser el verdadero padre de la chica), una joven que reside en un convento y que es poseída por el diablo, mezclando en sus correrías a Justine (Kamini).
Nos encontramos ante una bizarrada psicotrónica de primer orden, en la que se mezclan posesiones diabólicas; jóvenes que intentan seducir a curas y que deambulan desnudas mientras gritan histéricas y se tiran de los pelos (claro, están poseídas); y monjas de aspecto turbador y espeluznante, con hábitos raros (¿Porqué todos están manchados de sangre a la altura de la pelvis? ¿A nadie, excepto a mi, le resulta harto inquietante este detalle?), que se rebozan por el suelo en estado de shock, como si fuesen presas de un ataque epiléptico (una de ellas incluso sangra por el rostro en una de las escenas más raras, en la que se entremezclan insertos de la cara de la monja cubierta de hemoglobina con otros de una orgía demoniaca, orquestada por un enorme y peculiar hombre con aspecto de macho cabrío), o que se azotan con látigos como penitencia a sus pecados. Si a todo lo anterior sumamos unas interpretaciones lamentables y sobreactuadas hasta el paroxismo, una historia con demasiadas lagunas (¿Al principio, de dónde sale Alucarda cuando Justine llega a su habitación? ¿Cuándo es poseída aquella? ¿Por qué utiliza a la hija ciega del médico para quemar a las monjas? ¿Cómo muere Justine la primera vez, si lo único que hacen es pincharla cuatro veces con una aguja?), y unos FX cochambrosos (esas monjas que cuando se queman son maniquíes), obtenemos un peñazo de tomo y lomo como el que nos ocupa.
(3/4)
CARÁTULAS Y POSTERS
TRAILER MÉXICO 1
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