ANOMALÍA (Oxide Pang) / 2004: Race Wong Yuen-Ling, Rosanne Wong Yuen-Kwan, Anson Leung Chun-Yat, Michelle Mai Shuet, Cub Chin, Ekin Cheng.
Jiney (Wong Yuen-Ling) es una chica con cierto talento para la fotografía. La joven presenta ligeros desórdenes causados por un trauma de su infancia, época en la que un primo suyo (que poco después moriría al caer por unas escaleras) y varios amigos más la violaron, y por la casi inexistente relación que mantiene con su madre, habitualmente ausente por motivos laborales. Un día, caminando por la calle, presencia un accidente de tráfico y se acerca con su cámara, cediendo a la morbosa tentación de tomar unas instantáneas. Su amiga Jas (Wong Yuen-Kwan), con la que mantiene una estrecha relación, empieza a preocuparse por su obsesión, ya compulsiva cuando comienza a fotografiar animales muertos, llegando al enfermizo extremo de inmortalizar la caída de una niña que se suicida tirándose desde una azotea. Días después, la joven recibe una cinta de vídeo que muestra a otra chica siendo torturada hasta la muerte. Jiney decide abandonar su retorcida afición, a la vez que opta por afianzar una relación de pareja con Jas, pero poco tiempo después una nueva cinta aparece frente a la puerta de su casa. En esta ocasión la chica amordazada que está a punto de ser martirizada es su amiga íntima.
Nos encontramos ante una historia más cercana al thriller que al terror, al menos en su primera parte, en la que conocemos a las dos protagonistas y somos testigos, mediante flashbacks, de la humillación sufrida por Jiney en su niñez y de sus primeros coqueteos con la fotografía de cadáveres. El problema es que en ningún momento se consigue que el espectador empatice con ninguno de los dos personajes, pues la joven fotógrafa es arisca, manipuladora, mentalmente inestable y desagradable (véase la forma de tratar a Anson -Leung-, su compañero de clase, enamorado de ella; o la escena en la que amenaza a Jas con lanzarse desde una terraza mientras se balancea sobre el vacío, haciendo prometer a su compañera que la seguiría si decidiera saltar), mientras que su amiga tampoco resulta especialmente simpática, con lo que su destino nos importa más bien poco. La última media hora cambia totalmente de tercio (algo que Pang ya hizo con más acierto en la excelente The eye, 2002, codirigida mano a mano con su hermano Danny) y se acerca a un Hostel, Eli Roth, 2005, descafeinado, con la cinta de vídeo en la que se muestra la tortura sufrida por Jas y un desenlace en el que descubrimos quien es el asesino (un personaje que había salido no más de diez segundos en una escena secundaria), finalmente finiquitado por una redimida Jiney.
(4,5/1)