ARTE DE MORIR, EL (Álvaro Fernández Armero) / 2000: Fele Martínez, María Esteve, Gustavo Salmerón, Adrià Collado, Lucía Jiménez, Elsa Pataky, Sergio Peris-Mencheta, Emilio Gutiérrez Caba, Adolfo Fernández, Pepa López.


   Varios jóvenes que se conocen entre sí comienzan a morir en extrañas circunstancias. En un principio todo parece deberse a accidentes casuales, aunque éstos toman pronto el cariz de asesinatos, pues todos los chicos estuvieron involucrados en la muerte y desaparición de otro compañero años atrás, cuando acudieron a un edificio abandonado de acampada. La investigación llevada a cabo por el detective Quintana (Un Gutierrez Caba esplendido que deja al resto de sus jóvenes compañeros del reparto a la altura de simples aprendices), que se había dado por cerrada en su momento al no poder demostrarse que el joven estaba con el grupo en el momento de su desaparición, vuelve a reabrirse cuando un yonqui aparece herido en un hospital con el DNI de la víctima.


   La primera respuesta española a Scream, Wes Craven, 1996 (luego llegarían la muy inferior aunque divertida Tuno negro, Pedro L. Barbero & Vicente J. Martín, 2001, y la directamente infame School killer, Carlos Gil, 2001, entre otras) llegó de forma tardía, aunque, pese a que las expectativas no eran nada halagüeñas, ofreció un punto de originalidad y dignidad completamente inesperado. Sirviéndose de un reparto eminentemente televisivo (a excepción de una poco inspirada Esteve, de un digno Martínez y de un casi siempre solvente Collado -que vale tanto para un filme de terror, tal y como también demostró en Para entrar a vivir, Jaume Balagueró, 2006, como para una comedia, vistas sus apariciones en series como Aquí no hay quien viva o La que se avecina-, el resto del grupo proviene de la cantera de Al salir de clase. Así, Jiménez logra dar a Patricia, su personaje, un carácter manipulador, antipático y cortante -del primer adjetivo da buena muestra el empeño en romper la pareja entre Clara, interpretada por Esteve, e Iván, al que da vida Martínez. De los otros dos bastan como ejemplo las salidas de tono con respecto al propio Iván-, mientras que Peris-Mencheta borda su papel de gallito perdonavidas y pendenciero -aunque también parece, vista su filmografía, que es el único registro que domina-, y Pataki hace lo que puede con Candela, la chica frívola y ligera del grupo), Armero, que últimamente también se ha limitado a ese medio (El síndrome de Ulises, Doctor Mateo…), se mueve en los parámetros típicos del slasher americano (grupo de jóvenes atractivos; oscuro asunto del pasado no resuelto que incumbe a los anteriores; asesino de identidad desconocida que elimina a sus víctimas de forma inapelable; investigación policial…), pero también pisa el terreno del giallo (todos los crímenes son elaborados, tal y como sucede en el subgénero mencionado, pero destaca el de Candela, que acontece de noche, en plena calle, siendo perseguida por una manada de perros que la devoran cuando queda atrapada por una reja metálica cerrada que le impide seguir huyendo), culminando su periplo por el horror sobrenatural en un giro un tanto forzado en el que descubrimos que los seis chicos resultaron abrasados en el incendio que se produce en el edificio en ruinas en el que acamparon cuatro años atrás y al que regresan en la actualidad para eliminar las pruebas que pudieran incriminarlos. Así, es el alma de Nacho (Salmerón, sencillamente lo peor del filme), un artista presuntuoso y ególatra, el chico asesinado y el séptimo miembro del grupo para más señas, el que les da un último empujón a las ánimas de sus amigos, para que fallezcan definitivamente, explicándose así el hecho de que observemos a las víctimas en completa soledad cuando son eliminadas, pese a acontecer los crímenes en lugares normalmente rebosantes de actividad, pues los espíritus de aquellas olvidan sus vidas terrenales y se sumen en la oscuridad y las tinieblas según se acerca la muerte (la sombra de la reciente El sexto sentido, M. Night Shyamalan, 1999 es tan alargada como la de Scream).


   El caso es que la mezcolanza de subgéneros completa un producto nada indigesto, que resulta novedoso e incluso atractivo, con algunos momentos aterradores e inquietantes (la muerte de Patricia, que recibe una llamada de Clara mientras sale de un parking en su coche. Aquella oye a su amiga sollozar y le pregunta: “¿Por qué lloras, Clara?”. La respuesta -“Porque el portón no se abrirá a tiempo”- resulta del todo turbadora y, a la postre, premonitoria, pues cuando llega a la salida se ve obligada a detenerse ante la barrera, que está atascada y no se abre del todo, siendo estrangulada con el cinturón de seguridad de su vehículo), sustentados por la notable fotografía de Javier Salmones (esos tonos ocres y fríos que aportan un tono pretendidamente aséptico, a la vez que lúgubre y tenebroso) y la ajustada banda sonora creada por Bingen Mendizábal. Pese a algún agujero de guión de tamaño considerable (la explicación final resulta ciertamente farragosa, y en boca de un perdidísimo Salmerón, poco creíble; el intento de asesinato de Clara, en la piscina, carece de sentido, pues es la única que no se encuentra al borde de la muerte…) nos encontramos, en definitiva, ante un correcto filme de género, en el que también se puede destacar el flashback final que explica como aconteció la muerte de Nacho, lanzado a una piscina por dos de sus amigos envuelto en un saco de dormir, ante la pasividad o impotencia del resto del grupo, después de que Iván lo encuentre besándose a escondidas con Clara.


(6,5/1)

CARÁTULAS Y POSTERS

TRAILER ESPAÑA 1

TRAILER ESPAÑA 2

TRAILER ESPAÑA 3

COMENTARIOS

Escribir comentario

Comentarios: 0

PELÍCULAS EN LA WEB

Ciencia Ficción:        33

Terror:                  394

Fantasía:                 10

TOTAL:                     437

CARÁTULAS Y

POSTERS:            19880

PODCASTS:

 

Los jinetes del apodcastlipsis.

 

Enlaces a todos los programas del podcast en el que hablamos de cine, literatura, series, videojuegos o música, siempre relacionados con el cine de terror.