ÁREA DE DESCANSO (John Shiban) / 2004: Jaimie Alexander, Joey Mendicino, Deanna Russo, Diane Salinger, Curtis Taylor, Joseph Lawrence, Gary Entin, Edmund Entin, Jennifer Cormack, Mikey Post.

   Nicole (Alexander) es una joven que huye de su hogar junto a su novio Jess (Mendicino) en dirección a Hollywood. En una de las paradas que realizan, se detienen en un área de servicio, donde Jess desaparece. A partir de ahí, Nicole comenzará a ser asediada y aterrorizada por un hombre que conduce una furgoneta.

   Nos encontramos ante uno de los peores survival horror rodados en los últimos años, por cortesía de la productora Raw Feed, filial de Warner Home Video especializada en pequeños filmes de terror de bajo presupuesto, que nos lega aquí su primera película (luego han seguido otras como Sublime, Tony Krantz, 2007; Believers, Daniel Myrick, 2007; Otis, Tony Krantz, 2008; Área de descanso 2: No mires atrás, Shawn Papazian, 2008; o Alien raiders, Ben Rock, 2008). Lo peor que puede pasar en una película de estas características, y con pocos personajes, es que aquellos con los que supuestamente el espectador se ha de identificar sean estúpidos. Y eso es lo que sucede aquí: tenemos por un lado a Nicole, una pija urbanita que huye de su hogar sin motivos aparentes, por una simple pataleta, y que se está quejando constantemente; y por otro, a Jess, un joven que se cree un auténtico outsider o un rebelde sin causa, pero cuyo comportamiento recuerda al de un niño de diez años. Tampoco nos importa demasiado este último, porque desaparece en el primer tercio de metraje, y será entonces cuando nos quedamos a solas con la insufrible e inepta Nicole. ¿Y porqué digo lo de insufrible e inepta? Pues porque lo único que hace es gimotear, lamentarse, gritar, romper espejos y cristales y empeñarse en dejarse coger por el asesino de turno. Éste la deja reiteradamente en el área de descanso a solas, saliendo con su furgoneta de manera constante. Y la pregunta que se puede hacer cualquiera que tenga neurona y media rebotando en el cerebro es: ¿Por qué Nicole no huye? Por la carretera, por el bosque… da igual. Pero, ¿Por qué no se escapa? ¿Qué la retiene en ese lugar? Pues absolutamente nada (el capítulo en el que entra en la caravana de la familia de tarados -una flagrante copia de la vista en La matanza de Texas 2004, Marcus Nispel, 2003, aunque, evidentemente, mucho menos inquietante- es demencial y ridículo -¿Por qué se queda sentada mirando y escuchando sin huir, si nadie tiene intención de impedir que lo haga? ¿Por qué si el vehículo se mueve, cuando al fin decide bajarse, está en el mismo sitio que cuando se montó?-). Dispone de mil lugares por los que darse a la fuga, pero no lo hace, esperando a que el asesino vuelva una y otra vez y le haga una nueva tropelía. Y así, en una de esas visitas, perderá un dedo (con muchísimo menos estilo y de manera mucho más lamentable que Elisa Cuthbert en la infinitamente superior La casa de cera, Jaume Collet-Serra, 2005), en otra conocerá a un inepto policía que también se empeña en morir (Lawrence -Leyenda urbana 2, John Ottman, 2000-, cuyo personaje es una evolución del que hiciera en Blossom, más adulto, pero también más zoquete. Atención a la penosa escena de la fotografía de su familia, que causa más risa que la perseguida emotividad), y, cuando al final decide escapar, durante muchísimo tiempo, a través del bosque, en el momento que pisa la carretera se cruza, casualmente, con su perseguidor, del que se deshace lanzando sobre su furgoneta un coctel molotov. Para rematar, el susto final es predecible y carece de cualquier fundamento.

(3/5)

CARÁTULAS Y POSTERS

TRAILER USA 1

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