CHRISTINE (John Carpenter) / 1983: Keith Gordon, John Stockwell, Alexandra Paul, Robert Prosky, Harry Dean Stanton, Christine Belford, Roberts Blossom, William Ostrander, David Spielberg, Malcolm Danare, Steven Tash, Stuart Charno, Kelly Preston, Marc Poppel, Robert Darnell.
John Carpenter adaptó con acierto la novela homónima de Stephen King a principios de la década de los ochenta (cuyo argumento tiene algún punto en común con el filme Asesino invisible, Elliot Silverstein, 1977 –el coche asesino con vida propia-, o con la posterior Atracción diabólica, George A. Romero, 1988 –la utilización de un intermediario, una mona en la película citada, para eliminar a aquellos que se interponen en el camino del protagonista, de alguna manera incapaz de matar por sí mismo, siendo éste, además y por extraño que parezca, objeto sentimental del asesino en cuestión, que mata por celos, llevando a cabo los anhelos más ocultos de su objeto de deseo-), en lo que supuso su único acercamiento a la obra del escritor de Maine.
Si bien se puede aceptar que el paso del tiempo ha hecho envejecer quizá más de la cuenta a la película (algo apreciable en la, por otro lado, aún efectiva secuencia en la que Christine “se regenera” después de haber sido totalmente destruida, en la que se aplastó uno de los vehículos utilizados con una prensa hidráulica, pasando luego la imagen hacia atrás para dar la sensación de que se recompone), ésta aún conserva parte del encanto del que hacen gala un gran número de las películas de género estrenadas en los ochenta, debido, en gran medida, a un joven y solvente reparto de actores principales (Gordon -uno de los amigos de Mike Brody que eran asediados por el escualo en los barcos de recreo al final de la totalmente reivindicable Tiburón 2, Jeannot Szwarc, 1978, visto también en Vestida para matar, Brian De Palma, 1980- está perfecto en su papel de Arnie, el chico empollón, tímido y objeto de las burlas de sus compañeros de instituto, cuyo comportamiento cambia por completo una vez compra a Christine, volviéndose díscolo y arisco con aquellos que le aprecian –sus padres, interpretados por Belford y Darnell, su mejor amigo, al que da vida Stockwell, o su novia, papel que realiza una por entonces desconocida Paul, que años más tarde se pondría el bañador de socorrista durante varias temporadas de la célebre Los vigilantes de la playa-, y eliminando sin contemplaciones, con la colaboración de su querida Christine, a aquellos que previamente le humillaron –en el grupo de matones figura Charno, una de las primeras víctimas de Jason en Viernes 13 parte 2, Steve Miner, 1981, visto también en Sonámbulos, Mick Garris, 1992-) acompañados por un plantel de secundarios veteranos de auténtico lujo (Prosky –visto en El torreón, Michael Mann, 1983; Gremlins 2: La nueva generación, Joe Dante, 1990; o El último gran héroe, John Mc Tiernan, 1993- como el dueño del taller donde Arnie repara su vehículo, y que será una de las víctimas del muchacho; Dean Stanton -Brett en la simplemente magistral Alien: El octavo pasajero, Ridley Scott, 1979; y al que también vimos en 1997: Rescate en Nueva York, John Carpenter, 1981- en el papel del agente de policía que investiga los asesinatos; o Blossom -émulo de Ed Gein en la aterradora Deranged, Alan Ormsby, 1978; pero que también intervino en Encuentros en la tercera fase, Steven Spielberg, 1977- como el misterioso anciano que le vende el vehículo a Arnie), dando lugar a una película solvente, que sin llegar a ser una obra maestra, logra entretener y divertir.
Como curiosidad, decir que 25 Plymouth Fury del año 1958 tuvieron que ser pintados de rojo con la banda blanca, pues solo se construían en beige, siendo despedazados en su práctica totalidad, causando la indignación de los coleccionistas, pues solo se habían construido 20000 unidades del vehículo.
(6/1)
CARÁTULAS Y POSTERS
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