ED GEIN (Chuck Parello) / 2000: Steve Railsback, Carrie Snodgress, Carol Mansell, Sally Champlin, Steve Blackwood, Nancy Linehan Charles, Bill Cross, Travis McKenna, Jan Hoag, Brian Evers, Pat Skipper, Craig Zimmerman.

   Una de las dos aproximaciones que con mayor exactitud se acercaron a la figura de Ed Gein (la otra fue Deranged, Alan Ormsby & Jeff Gillen, 1974, en la que Robert Blossom daba vida al asesino, al que se le cambió el nombre por el de Ezra Cobb), pese a que existan muchas otras que intentaron acercarse a su figura de manera más exagerada y menos acertada (Ed Gein: The butcher of Plainfield, Michael Feifer, 2007) o que la tomaron como referencia para desarrollar una historia de terror (Psicosis, Alfred Hitchcock, 1960; y La matanza de Texas, Tobe Hooper, 1974).

En ella se narra la historia de Ed Gein (Railsback -The eliminator, Scott Mansfield, 1982; Lifeforce: Fuerza vital, Tobe Hooper, 1985; El viento, Niko Mastorakis, 1987; Alerta roja en el hospital, William Fruet, 1987; Alligator 2: La mutación, John Hess, 1991; Barb wire, David Hofman, 1996; Comportamiento perturbado, David Nutter, 1998; Slash, Neal Sundstrom, 2002; Los renegados del diablo, Rob Zombie, 2005; o Plaguers, Brad Sykes, 2008-, realizando un papel más que meritorio -atención a sus gestos, sus miradas perdidas, sus palabras incoherentes, su risa nerviosa…- al que no le hace justicia el doblaje español), conocido como El carnicero de Plainfield (para saber más sobre la historia de sus “hazañas” resulta más que recomendable el siguiente enlace: http://www.escalofrio.com/n/Asesinos/Ed_Gein_-_El_carnicero_de_Plainfield/Ed_Gein_-_El_carnicero_de_Plainfield.php),

justo desde el momento en el que falleció su madre, Augusta (a la que da vida una aterradora Snodgress, genial en el papel de madre castradora que ejerce su influencia de fanática religiosa sobre sus dos hijos), hasta que es detenido por el sheriff Stillwell (Skipper), después de que éste descubra, horrorizado, el sótano en el que el asesino guardaba parte de sus trofeos. Asistiremos así a los dos crímenes por los que fue acusado: El de Mary Hogan (Champlin), la regente del bar en el que Gein solía detenerse a tomar algo al anochecer, y el de Collette Marshall (cuyo nombre real era Bernice Worden, y a la que da vida Mansell), la dueña de una tienda del pueblo asesinada de un disparo y cuyo cadáver apareció en el sótano de la casa de Ed, decapitado y abierto en canal; a sus profanaciones de tumbas en el cementerio de la localidad, extrayendo los cadáveres de mujeres recientemente fallecidas (con los que supuestamente realizaba prácticas necrófilas, aunque este punto nunca fue probado), los cuales eran mutilados, aprovechando la piel para fabricar lámparas, forrar sillas, o utilizarla como vestimenta para llevar a cabo diversos ritos, mientras que otras partes del cuerpo le servían para realizar todo tipo de artilugios (ceniceros, platos…).

   Parello, pese algunas concesiones al sensacionalismo y al efectismo (la escena en la que Gein sufre en su casa, mientras lee un libro sobre los nazis, la visión de una mujer desnuda y disfrazada con ropa de las SS), realiza un filme sobrio, que retrata la mente enferma de un hombre minimizado por la actitud ultra-religiosa de su progenitora, cuya influencia perdura más allá de su muerte (las alucinaciones de Gein en las que la percibe diciéndole que asesine a sus dos víctimas), y que contiene detalles y momentos sumamente perturbadores, bizarros, e incluso desquiciantes (la escena que muestra el dormitorio de Augusta, tapiado con tablones, que permanece intacto, tal y como estaba en el momento en el que falleció la mujer, y que contrasta con la suciedad del resto del hogar; esa otra en la que vemos a Gein sentado y poniendo un lazo a algo apoyado en una mesa. Cuando el plano cambia, observamos atónitos que se trata de una vagina amputada; la siguiente, con Ed calentando un sartén y echando a continuación dos trozos de carne de sospechoso aspecto; o el instante en el que sale al exterior, realizando un extraño baile, con una máscara hecha de piel humana y un torso auténtico de mujer como únicos atuendos), a lo que contribuye la minimalista y sobrecogedora banda sonora de Robert McNaughton (quién curiosamente también creó la banda sonora de otra película que narra las andanzas de un psychokiller real, Henry: Retrato de un asesino, John McNaughton, 1986) y la opresiva y asfixiante atmósfera que se vive en Plainfield, uno de esos pueblos de la América más profunda, a la que colaboran las escenas del interior del hogar de Gein, un estercolero en el que abundan los restos de comida, todo tipo de objetos, y las ratas. Una vez más, el horror más inquietante es el que provocan los seres cercanos, nuestros vecinos, familiares o amigos, aquella gente a la que creemos conocer y que pueden realizar los crímenes más execrables, escondiendo, dentro de las paredes de su casa, espantos inimaginables.

   El filme se alzó con los galardones a mejor actor (Railsback) y mejor actriz (Champlin) en el Fantafestival de Roma del año 2001, y mejor actor (ídem) y mejor película en el Festival de Sitges en su edición del año 2000.

(6/4)

CARÁTULAS Y POSTERS

TRAILER USA 1

TRAILER ESPAÑA 1

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