NOCHE PARA MORIR, UNA (Nelson McCormick) / 2008: Brittany Snow, Scott Porter, Jessica Stroup, Dana Davis, Collins Pennie, Kelly Blatz, James Ransone, Brianne Davies, Kellan Lutz, Mary Mara, Johnathon Schaech, Idris Elba, Jessalyn Gilsig, Linden Ashby, Jana Kramer, Rachel Specter, Joshua Leonard.
¿Qué es lo que sucede si a Scream, Wes Craven, 1996 y cualquiera de sus secuelas se le quitan aquellos elementos que hicieron de la saga de Ghostface un referente en el cine de terror moderno, obviando la personalidad y el atractivo de sus protagonistas (capaces, algunos de ellos, de sobrevivir hasta a cuatro entregas); la participación de unos actores carismáticos y solventes (solo mencionar a dos de las eternas supervivientes, Neve Campbell y Courtney Cox, adaptadas por completo a sus roles); el sentido del humor y las referencias constantes (el primero, sutil y bien diseminado a lo largo del metraje, las segundas, constantes y constituyendo un auténtico festín para el aficionado al género); los set pieces repletos de tensión (algunos de ellos, de los mejores vistos en una película de terror en las últimas décadas); los asesinatos sangrientos (pese a que la saga fuese acusada de ser algo blanda) cometidos por un psicópata inteligente y retorcido; y el genial juego establecido entre director y espectador a la hora de averiguar la identidad del asesino o asesinos, con falsas sospechas y giros constantes? Pues que obtenemos un slasher como el que nos ocupa, mediocre hasta la extenuación, con personajes planos y simples (una tropa de teenagers a punto de graduarse dispuestos a ser convenientemente escabechados por el asesino de turno); con actores clónicos y guaperas y actrices bellísimas y curvilíneas (parece imposible distinguir a algunos de los miembros del elenco masculino entre sí -entre los que se encuentran Porter, Blatz o Lutz, un habitual de la saga Crepúsculo-, mientras que las chicas, la mayoría salidas de la televisión, se dedican a mover las caderas mientras muestran una sonrisa de anuncio como si estuvieran desfilando por una pasarela); absoluta falta de humor e ironía; asesinatos fuera de plano, carentes de cualquier tipo de preámbulos que aporten algo de garra (la monótona forma de proceder del maniaco es siempre la misma); y la falta de tensión que produce el hecho de conocer la identidad del psicópata a los cinco minutos, así como sus motivaciones.
Lo único que cabe destacar en este remake (solo de nombre, pues ignora su argumento casi en su totalidad) del clásico Prom night: Llamadas de terror (a.k.a. Noche de graduación), Paul Lynch, 1980, uno de los míticos killer on the loose de los ochenta, es la actuación de Schaech (que cuenta con cierta experiencia en el género, habiendo participado en Los malditos: Vampiros del desierto, J.S. Cardone, 2001; Masters of horror: The washingtonians, Peter Medak, 2005; Quarantine, John Erick Dowdle, 2008; Laid to rest, Robert Hall, 2009; y ChromeSkull: Laid to rest 2, ídem, 2011) en el papel de asesino, logrando transmitir con su mirada la angustia que siente al ver como la mujer a la que ama está realmente enamorada de otro hombre, lo que hace que cometa los crímenes; el trabajo de Elba en el papel del Detective Winn, que aporta cierta dignidad al conjunto; y algún que otro detalle en la dirección de McCormick (en especial, un elegante movimiento de cámara que tiene lugar cuando Donna -Snow- sube a la habitación del hotel, envolviendo a la protagonista para, a continuación, fijar la imagen en dos jóvenes que pasean por el recibidor, llegando finalmente, y sin cortar el plano, al asesino, oculto tras una columna, que observa en todo momento lo que hace la joven).
(3,5/2)
CARÁTULAS Y POSTERS
TRAILER USA 1
TRAILER ESPAÑA 1
TRAILER ESPAÑA 2
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